El proceso de separación del
niño de su familia, la función de apego y la construcción de su identidad como
ser distinto e independiente son aspectos que están presentes en los momentos
que implican cambios significativos en la vida del niño. Por ello, el periodo
en que el niño entra por primera vez en la casa de niños tiene especiales
connotaciones en este sentido. Aunque muchas de las dificultades de la
adaptación pueden repetirse en mayor o menor grado ante cualquier situación de
cambio (vuelta de vacaciones, periodos
largos de ausencia por determinadas circunstancias, etc), conviene tener en
cuenta que la adaptación de los niños en los primeros días de curso, y de forma
especial la adaptación al centro de aquellos niños que ingresan por primera vez
en el mismo, constituye une de los momentos de especial importancia en el
desarrollo infantil.
Dependiendo del cuidado que
se ponga en la preparación de este periodo de adaptación, la incidencia que
estos momentos pueda tener en los niños y las manifestaciones a las que pueda
dar lugar: miedos, angustias, llantos, inseguridades, etc, pueden llegar a constituir una experiencia
positiva para su socialización y el ajuste que realice con la casita. Se
entiende que el proceso de adaptación es algo por lo que el niño ha de pasar
necesariamente y el centro debe ayudarle a una separación positiva.
Asimismo la adaptación del
niño recién llegado a la casita debe contemplarse en relación a los demás
elementos que conforman el contexto de este proceso: los otros niños,
educadoras, familias y casa de niños en su conjunto.
Cualquier plan de actividades
o intervenciones que se realice para este periodo debe ser flexible, estar
adaptado a las distintas edades y a las características y ritmos concretos de
cada niño en particular.
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