EL RIESGO por Francoise Dolto
A todos los niños les gusta observar por sí mismos, a todos los niños les gusta experimentar, en diversos grados. Si hay peligro, es preciso advertir al niño, pero sin engañarlo jamás.Es útil que pueda convencerse por sí mismo, siempre que se trate de un riesgo calculado, corrido bajo la vigilancia del adulto que acompaña la tentativa de palabras explicativas, hasta que el niño haya adquirido la convicción de la veracidad del decir del adulto. Ahora bien, la vida cotidiana no presenta riesgos mortales para la vida de un niño vigilado por un adulto. Los únicos riesgos que corren, si pueden hacerlo libremente, tan solo contribuyen a enseñarles la prudencia, al mismo tiempo que la confianza en el decir del adulto: decir qué alcance de verdad será confirmado por la propia experiencia del niño así como también adquiere al mismo tiempo el conocimiento autónomo y auténtico de sus propios límites frente a la realidad de las cosas,
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