EL RITMO Y LA RESPIRACIÓN DE LA NATURALEZA
"El niño ama el ritmo hasta un punto que no sabemos los maestros; lo sigue cantando con el cuerpo, lo baila en el patio, lo bracea, lo pernea, lo cabecea. Y aún parece más niño cuando juega así, y es cierto que es más niño, porque se da enterito, como la marea, o como el viento, a la respiración de la naturaleza”, dijo Gabriela Mistral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario