%C3%91.jpg)
Los niños y las niñas exploran el mundo poniendo a prueba sus posibilidades motoras: saltan, se equilibran, se deslizan y descubren de lo que son capaces. En cada desafío superado se fortalecen, vencen miedos y se sienten más seguros y alegres. En esos momentos, su mirada nos busca y nos dicen “¡mira!”, recordándonos la importancia de un adulto presente que acompaña, sostiene y celebra cada logro. Esa presencia atenta nutre el apego seguro: les ofrece la confianza para arriesgar, la calma para intentarlo de nuevo y la certeza de que, pase lo que pase, alguien está ahí para mirar, apoyar y disfrutar con ellos sus pequeñas grandes conquistas.
%C3%91.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario